jueves, 12 de enero de 2012


Longrim hace acompañar el grupo de mercenarios por dos enanos, hombres de armas veteranos y gente de su confianza. Uno de llama Fulgrim; el otro, Thorvald. Ambos son bastardos sin corazón, que desprecian a los humanos y a los “enanos de las tierras bajas”. Pero saben hacer su trabajo.
Durante una semana, los mercenarios combaten sistemáticamente a los grobi entre los bosques de pinos. No es una batalla definitiva, sino una lucha de guerrillas y de desgaste. Fulgrim tortura a los prisioneros. Thorvald cuelga sus cabezas en estacas entre los bosques. Ubican destacamentos para tenderles emboscadas y encajonarles en el fondo del valle, impidiéndoles cazar. Matan a una res y dejan carroña en el curso alto de las fuentes cercanas.
Ambos son líderes despiadados, que usarían a las gentes de Borgsburg y a los humanos como carne de cañón si es necesario, pero los mantienen vivos porque no lo es y les beneficia la superioridad numérica. En cambio, no dudan en haceros pasar un infierno, perpetuamente en campaña. Finalmente, los grobi no resisten y abandonan el valle por uno de los pasos altos, hostigados en la retaguardia  Es una campaña dura y larga, pero casi toda la gente de Borgburg sale con vida de ella. Tan sólo Snorri y uno de los mercenarios perecen, el primero de un flechazo y el segundo de pulmonía.
Posteriormente, el tratado se come toda la fortuna que una vez pudo tener Borgburg. Los intereses crecen y crecen, hasta que os convertís en prácticamente esclavos de Longrim. Pero al menos en el valle ya no hay grobi.
FIN

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